Óleo sobre lienzo (80×65 cm)
La pérdida de la identidad es la muerte de uno mismo, uno de los sentimientos que únicamente se pueden comparar con el vacío, habitando un cuerpo sin sentirlo, no hay enlace, no hay unión, no hay fusión. No hay motor animal.
“Que frio hace, es lo poco que puedo notar, eso y que estoy aterrada de sentir la NADA. Es la primera vez que vivo algo así y lo podría haber vivido antes, pero el ser humano desarrolla unos mecanismos de anestesia para el dolor, que simplemente pospone lo inevitable y provoca una caída sea más dura para que no podamos mirar para otro lado. Así pues llega un momento que ese estado se apodera y ninguna anestesia es capaz de ocultarla, el cuerpo al fin consigue saltar las trampas de la mente y te hace entender que está enfermo. Y en ese punto estoy yo que gritaría con todas mis fuerzas: AYUDA. Pero se me ha cortado la voz, se ha evaporado la energía. Aunque de puertas hacia dentro, en tu mente el espacio está que arde, tu mente adicta a la droga anestesiante ahora te asalta preguntas que quiere saber YA, ansiedad.
Me alejo de aquel caos, sin poder ignorarlo, noto dentro de mí que estoy llorando la pérdida de un ser querido: yo misma.”
Category:
Conjunción