Acrílico sobre papel (30×42 cm)
Cabalgamos entre dos vidas: la digital y la análoga. La vida digital, tanto en redes, videojuegos o en series es editada, recortada y suele ser extremista, acentuando la belleza, los dramas, con la sobreestimulación de imágenes.
El problema sucede cuando el individuo sale de ese mundo virtual donde no hay espacios en silencio, ni menos maquillados. La paciencia es algo que queda extirpado y con ello la facultad para poder valorar y observar la realidad tal cual es, saber estar presente en una escena real más costumbrista.
La visión también queda dañada para observar la realidad análoga, sin apreciar las tonalidades, la belleza del presente, creando una interferencia por el afán de volver a evadirnos conectándonos otra vez.
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Matrix